Queridos Amigos:
Este último día como cada año que se nos ha permitido existir en este plano físico, hacemos el recuento de los daños, de lo que no se ha logrado, de lo que perdimos, de lo que añoramos, sin embargo hoy te invito a que hagas el recuento de lo siguiente:
- Cuantas inspiraciones y espiraciones te permitieron vivir todas y cada una de tus emociones a lo largo de 365 días del año.
- Cuenta cuántas veces besaste y dijiste te amo a tus padres, hermanos, a tus amigos, tu pareja, a tu mascota.
- Cuenta los pasos que te llevaron a recorrer por lugares maravillosos.
- Cuantas las veces que llegaste a casa con los bolsillos llenos de basura por no tirarla en la calle.
- Cuantas no dijiste perdón y sin embargo cambiaste tu error.
- Cuantas plantas cuidaste o plantaste.
- Cuantas preferiste usar el silencio en vez de los gritos y las humillaciones.
- Cuantas jugaste y te dejaste sorprender como cuando niño
- Cuantas que hiciste una nueva amistad.
- Cuantas meditaste sin pedir ni esperar recibir nada a cambio.
- Cuantas viste el amanecer anunciando una nueva oportunidad de ser feliz o el ocaso con la promesa de un nuevo mañana.
- Cuantas te enfermaste y valoraste la salud.
- Cuantas lograste un proyecto o plan con constancia y no con pensarlo y resistencia.
- Cuantas te desvelaste cuidando a un enfermo, pensando en que nada es para siempre.
- Cuantas te despediste de un ser querido para siempre y sin embargo aun sonríes cuando le piensas
- Cuantas derramaste una lágrima por que la muerte se hizo realidad y aun así el apego no estuvo presente.
- Cuantas hiciste el amor sabiendo que era amor.
- Cuantas ayudaste al prójimo, con el único propósito de ayudar, y no con engrandecer tu Ego.
- ¿Cuantas veces?
Las que sean necesarias, para crecer y ser un mejor ser humano, seamos bienvenidos a este año de Conciencia.
Era la idea finalizar estas vagas lineas y sin forma con un agradecimiento a cada uno de ustedes que están en mi vida, quería escribir sus nombres y lo que han dejado en mi vida, sin embrago al llegar al final de escribirlas agradecía a modo especial a mis abuelas Eva e Irene que este año no llegaron a cocinar el pavo, que no llegaron a contar y comer las uvas, que simplemente se marcharon, y fue entonces que supe que no sirve de nada agradecer pues al final las palabras, los mensajes, las llamadas se pierden, se evaporan y se desvanecen en el olvido, solo quiero que sepas que te diré de manera personal cuan importante eres para mi en momento justo y preciso y no al final de los recuentos de los daños o de logros.
Si estas leyendo estas vagas lineas es por que te encuentras vivo, presente, así que te deseo que el eterno sol te ilumine, que el amor te rodee y que tu luz pura e interior guié tu camino.
Sat Nam
