lunes, 27 de febrero de 2012

Sadhana

 

Recuerdo de  Sadhana



Noviembre de 2002

4:00am



Una ducha de agua fría recorriendo mi cuerpo me anunciaba el despertar de un un nuevo día, la vida se hacia presente y real debajo de la regadera,  prendas blancas vestian este cuerpo ansioso de felicidad, con la cabeza  coronada, miraba hacia el frente con orgullo de existir,   la emoción era grande, era embriagadoramente exitante. La mente sin rumbo, sin dirección, el corazón la punta de lanza, la guía, el amigo, la brujula del acierto.

Las piedras de las ruinas de los edificios ancestrales se venían abajo como mi vida en ese instante, llevaba bajo el brazo mis espectativas, mis apegos, mis miedos, mis tristezas, mis abandonos, mi  tapete de tela y un pequeño cojín,  me sentia como guerrero con espada y escudo en mano dispuesto a lidiar  mi primera batalla, el dolor de no saber hacia donde dirigía mi existencia era muy pesada, sin embargo la otra mano, una carga aun más ligera y la promesa de la recompensa de la victoria: El prassad para compartir con mis compañeras la alegria de llegar al final de esta primera vez.

El aroma a incienso de sándalo me recibe como el aroma de un buen guiso hecho por mamá, me hace sentir en casa, me hace sentir que me encuentro en el lugar correcto, en el lugar que siempre quise estar. Cada guerrero tomo su puesto en la batalla y todo comenzó con una cita inesperada con mi alma...
Hari Bachan Singh


"Repite un acto y tendrás un hábito, repite un hábito y tendrás una costumbre, repite una costumbre y tendrás un carácter, repite un carácter y tendrás un destino"

Swami Sivananda

 
El Sadhana es una de las disciplinas básicas del Kundalini Yoga; al igual que otras prácticas de orígenes diversos, el Sadhana hace incapié en los beneficios de comenzar el día con ejercicios, meditación y cantos como forma de conectar con el Universo y establecer un estado de conciencia de Unión con el Creador. Incluye oración, ejercicios de Kundalini Yoga y una meditación de siete mantras, siete pasos hacia la integración espiritual del Ser.

El núcleo de Sadhana, es la disciplina de la autoconciencia de la autoapreciación y de la autorenovación. Aunque la sadhana ideal se practica en grupo para ir mas allá de lo personal, es una disciplina voluntaria que busca encotrar nuestro ritmo interior, es finalmente un reto individual llegar a la misma, llevar a cabo la primera acción de levantarse primero en la mañana para ir a través de cada obstáculo que te pueda frenar de la sencilla acción de sentarte con el yo infinito y exaltar con amor al Creador quien te ha creado.

Los mantras de la Sadhana están sacados la doctrina básica del sikhismo consiste en la creencia en un único dios y en las enseñanzas de los Diez Gurús del sikhismo, recogidas en el libro sagrado de los sikhs, el Guru Granth Sahib. El sikhismo combina el monoteísmo, con tradiciones hindúes como la práctica del mantra y el respeto por las tradiciones, los cantos etc.

La palabra mantra proviene del sánscrito "man", que significa mente, y "tra" que tiene el sentido de protección, vibración y también instrumento; Los mantras son herramientas para equilibrar la mente. Como provienen de un idioma sagrado, la vibración de sus sonidos reproduce en tu conciencia su significado y su poder. Así, su rítmica repetición crea patrones positivos de pensamiento que sanan tu cuerpo, aclaran tu mente y elevan tu espíritu. Los mantras son un camino de unión vibratorio entre nosotros y El Creador y van acompañados de una música bella que representa el lenguaje del corazón y la armonía del universo

JAP JI (Yap Yi) Es la Oración de la mañana dada por Guru Nanak, con la que inicia la sadhana ambrosial. Es uno de los cinco banis y consta de 38 pauris o estrofas con efectos específicos sobre la personalidad. Tiene la facultad de conectarte con tu alma.

Comunicándote con tu Alma...

Todo el mundo tiene la luz de Dios y debe ser encendida por la propia disciplina de cada persona. Y el cristal para mantenerla encendida y brillando debería ser conservado por el propio coraje de la persona, por su propia fuerza y por su propio valor. Yo lo creo. Creo que esto es el amor. Creo que todo el mundo tiene la oportunidad de amar su alma y cada alma tiene derecho a brillar, y cada resplandor tiene que traer luz y brillo, belleza y abundancia para todos, generación tras generación.

¿Amas a tus hijos? Los amas. Son hermosos. ¿No es esa alma inocente en ti también el niño de tu vida? ¿Has besado al alma? ¿Has abrazado al alma? ¿Te has comunicado con el alma por la mañana en las horas de la ambrosía cuando no hay en absoluto perturbación alguna? La Sadhana no es más que el lugar donde el disciplinado, el amor, habla a la propia alma, no es más que el lugar donde uno limpia su propia mente. La Sadhana no es más que el lugar donde uno se prepara para el día para volverse amable y compasivo con los demás, incluso con los enemigos.

Si crees que eres pobre, eres pobre porque no te comunicas con tu alma, la fuente de la prosperidad, la fuente de la realidad. Si crees que estás desesperado, estás desesperado porque no tienes Sadhana. La desesperación, la depresión, y el sentimiento de indigencia acuden sólo a aquellos que no tienen disciplina o Sadhana. Sólo una casa que no está limpia parece sucia y la mente que no está limpia, apesta, la Sadhana es el acto más egoísta de todos los actos, porque es una limpieza a uno mismo. Limpieza es algo propio de Dios. Está bien vestir buenas ropas, tener buen aspecto, ser brillante, hermoso. Pero cuando quieres ser feliz y abundante, tienes que tener una mente despejada, una mente a través de la cual tu alma, tu espíritu pueda brillar.

Cuando te mantienes de pie, adopta una posición, y permanece con la cabeza bien alta. Camina con la cabeza bien alta y mantente en pie por la fuerza de tu alma. No por la fuerza de tu intelecto, de tu inteligencia o cobardía. Si quieres hablarle a alguien, tratar algún asunto, tener una relación, simplemente establece las relaciones por medio de la fuerza de tu alma. De otro modo perderás el propósito de la vida.

Yogui Bhajan 2002

miércoles, 15 de febrero de 2012

El yoga y la dimensión moral


Los adeptos al yoga saben que la práctica de asana y prana̅ya̅ma (posturas y control de la respiración) equilibra el cuerpo y la mente a través de la disciplina física y mental. Sin embargo, es menos conocido, entre el público general, que la práctica de yoga cultive la virtud y genere una disposición moral justa. Para el neófito, lo increíble del asunto radica en entender como una disciplina física y sin connotaciones doctrinales puede mejorar la vida moral. Incluso cómo es posible que el yoga sea ventana para traernos nuevas comprensiones de la religión, la filosofía o  la espiritualidad.

Sería razonable preguntarse inicialmente cuál es la relación entre el cuerpo y la mente y cómo se afectan entre sí. Y cuál es la relación entre el equilibrio físico-mental y la moral. Sabemos por la práctica de yoga o incluso por la práctica de cualquier ejercicio físico el bienestar que se genera en el cuerpo y la mente, y cómo  repercute de forma visible en la predisposición armoniosa para pensar y actuar. Si existe una mejora en la actitud que deriva de una mayor coordinación del cuerpo y la mente, no será muy desviado inferir como puede mejorar la toma de decisiones sobre las acciones son justas o injustas. Sobre la moralidad.

En la práctica más superficial del yoga usamos el cuerpo físico  como soporte tangible donde adiestrar y disciplinar los órganos de acción y percepción así como para afianzar la concentración de la mente. Y la base para este anclaje mental reside en una técnica muy rigurosa. Y reitero el énfasis en las palabras “técnica rigurosa” porque muchas personas creen que el yoga son movimientos sencillos de relajación y estiramientos pasivos. Muchas personas creen que el yoga lo practica la tercera edad ó incluso que se trata de una gimnasia ligera. Nada más lejos de lo realidad. La técnica del yoga, especialmente del yoga Iyengar, es más extensa y detallada que, por ejemplo, el ballet clásico ó la esgrima.

La disciplina de yoga nos conduce hacia una progresiva atención y concentración de la mente, desde lo concreto hasta lo sutil. El esfuerzo continuado en mantener la concentración y percepción de los puntos de atención involucra vivir en el momento presente observando los movimientos de la mente. Esta objetivación de la mente se traduce en mayor objetividad. La práctica de las posturas de yoga supone lidiar con temores, ansiedades y todo tipo de de situaciones psicológicas donde la fuerza de voluntad junto con la inteligencia han de vencer y conquistar la indisciplina de los sentidos y de la mente “mal criada”.

El esfuerzo, la disciplina y la austeridad traen objetividad. Suponen moderación. Y la objetividad y la moderación traen ecuanimidad. La ecuanimidad es la base para afrontar las decisiones desde la realidad y no desde proyecciones cargadas de subjetividad personal. Si hay subjetividad no tratamos con las situaciones y  personas de una manera objetiva y realista. Queremos realidad y realidad implica objetividad. Y para minimizar la subjetividad es necesario ser realista.  Objetividad y realidad van de la mano. Para ser objetivo es necesario usar el discernimiento y el discernimiento es una capacidad de la inteligencia y la razón. La razón es lo que diferencia al ser humano de un animal.

¿Y qué tiene que ver la objetividad y la racionalidad con la moralidad? La objetividad es necesaria para actuar en base a lo apropiado en cada situación.  Lo apropiado en cada situación es lo correcto. Y lo correcto depende de lo que se espera que hagamos según nuestros deberes. Si nos dejamos llevar por nuestras fantasías o conveniencias haciendo caso omiso a nuestros deberes, no hay entonces una actuación moral, una actuación justa. Y sin acción justa no hay moral. Y si no hay moral, se pierde la dignidad y el hombre ser convierte en una bestia.

La concentración y meditación que implica la disciplina del yoga tiene un impacto de purificación tal en la psique de la persona que la acción moral brota preñada de pureza e integridad. Y esta actuación mediante el refinamiento de la concentración y transformación de la mente es lo que es distintivo del yoga, al menos,  de la parte experiencial del yoga.  A diferencia de otras vías como la filosofía o la religión, en yoga no sería necesario abrir ni un solo libro, ni escuchar un sermón,  ni llevar a cabo ritos ó tener fe en un Dios personal.

Por eso, los que tienen dificultad para superar las barreras de la fe religiosa o no se sienten atraídos por la contemplación filosófica, encuentran en el yoga una vía que les aporta sentido a sus vidas tanto en la parte de bienestar mental como en el aspecto moral. Esto es lo sorprendente del caso: que funciona de igual manera para un ateo, un agnóstico o un religioso convencido. 


Yogaflow