Habéis venido aquí para convertiros en profesores ¿verdad?
Estás aprendiendo ¿verdad?
Si no sabes como obedecer, no sabrás como dirigir ¿se entiende?
Si tu no puedes obedecer, escuchen todos, nunca estarás en la posición de dirigir.
Si tus cinco tattvas no obedecen, no podrán dirigir.
No importa cuanto has estudiado, cuanto has leído o cuanto sabes o cuan poderoso piensas que eres.
Nunca tendrás la gracia para penetrar.
Tus palabras nunca tendrán el poder de hacer que otra gente obedezca porqué tu no has obedecido.
No te hace sentir bien, ¿verdad?
No, vuestra tendencia normal es: “yo no quiero obedecer pero quiero que me obedezcan”.
Si tu Ser interno, la esencia interna, no tiene la capacidad de obedecer al maestro nunca te convertirás en un maestro que estará en la posición de dirigir a un estudiantes.
Esta es la Ley de la Regla Dorada.
Y ésta nunca la puedes romper, difícil ¿verdad?.
Es difícil.
¿Qué significa no?, no seas estúpido conmigo. Es difícil, yo lo sé.
Cuando yo empecé con mi maestro, éramos alrededor de 258, no recuerdo exactamente, cuando acabamos quedamos sólo tres.
Te contaré mi propia historia; Un día mi maestro me dijo: “Vamos a la oficina del distrito, ven conmigo y ponte tu traje Inglés”.
Ok, así que me vestí el traje me ajusté todo: los pantalones, las botas, el pulimeto, tu sabes, aquí lo llamarías de business class, ¿verdad? ¿sabes lo que digo?.
En el camino me dice: ¿cuán alto puede ser éste árbol?.
Yo le dije: alrededor de veinte pies.
El dijo: ¿puedes subirte a lo alto?
Dije: Si “era muy apuesto y fuerte”.
Así que puse las botas encima y escalé. Fue difícil pero lo hice hasta las ramas.
Entonces él dijo: “espera aquí hasta que vuelva”.
¿Cuántos de ustedes estarían con este maestro?.
El volvió después de tres días y medio más tarde.
Cuando bajé, el dijo: “Oh, venga vámonos”.
Nunca dijo: “¿cómo fue? ¿qué sucedió? ¿estás vivo? ¿cómo fuiste al lavabo? ¿cómo hiciste esto o lo otro?.
Ni una palabra, absolutamente nada.
Dijo: “vamos”.
Y fuimos.
Cuatro o cinco días más tarde me dijo: “ven aquí, siéntate y dime que aprendiste”.
Yo dije: “He aprendido a como dormir en un árbol, como hacer caca en un árbol. Aprendí como hacer pis en un árbol. Aprendí como no caerme y como comer”.
¿Qué aprendiste?
Yo dije: “Las hojas jóvenes de ese árbol son dulces, la viejas son amargas, y que el árbol tiene cuatro, cinco y seis ramas, y cada rama lleva agua.
Así que una de estas ramas era para beber, otra para lavarme y así…
El dijo: ¿cómo hiciste caca?.
Dije: “Me senté entre dos ramas y lo dejé ir”. ¿qué más?.
¿Cómo dormiste?
Dije: “no dormí muy bien, porque sabía lo que había veinte pies abajo.
Me ajusté a varias ramas y fue bien.
¿Cuál fue la dificultad?
Dije: “este traje tonto fue muy dificultoso”.
¿por qué? Dijo él.
Porqué usted dijo: “espera aquí hasta que yo llegue tal como estás”.
¿Lo recuerda, señor?
Y el dijo: “si”.
“Señor, yo todavía vestía lo mismo al subir que al bajar”.
Porqué en ese árbol me dije: “lo que me dijo significa alguna cosa”.
Un maestro te da una experiencia.
Un predicador una filosofía.
Sin la experiencia nunca te convertirás en un maestro, te volverás un loro.
Hay una diferencia entre un maestro sabio, con un maestro loro.
El maestro loro todos saben de todo pero nunca hay una experiencia.
Siempre cuestionarás “este maestro duerme con sus estudiantes, roba a sus estudiantes…”.
Tu tienes millones de experiencias, millones de historias, yo he escuchado todo esto, pasé por ello.
Desde el punto de vista del maestro, tu también traicionas, haces fechorías y también mientes.
También crees que tus imaginaciones son verdad, también buscas flirteo sexual y sensual.
Tu eres maya, también. Pero entre líneas si quieres entender, no aceptes a un maestro nunca, si tienes que cuestionarlo.
No puedes visitarlo, ser amigo, pasarlo bien, y especialmente en Kundalini Yoga, nosotros iniciamos, si tu eres tan idiota estandarizado que no puedes iniciarte a ti mismo, entonces no necesitas ser iniciado.
Esta es la Ley en Kundalini Yoga es: si vienes con las manos vacías, te irás con ellas vacías.
Así que no hay obligación, tu pagas al maestro, el te enseña, final del tema, no hay relación. Así, si tu no quieres acostarte con él, no lo hagas, ¿está claro?.
Yogui Bhajan
